Una de las casas con más solera, en su tiempo, de Abanto ha dejado de existir. Desde hace años amenazaba ruinas y peligro, y en estos días las máquinas han entrado por fin para hacer su trabajo.
Muestro la casa en 1988 (foto de José Luis González Ona), en 2015 y lo que queda de ella (fotos de Laura Ballano y Carlos Marco).
Pingback: Este verano es más fácil aparcar en Abanto | El blog de Abanto